Una sociedad tiene su origen precisamente en un contrato social, el cual es celebrado entre los socios. Las sociedades a su vez celebran contratos con otras personas físicas y morales. Los contratos celebrados por las sociedades según la naturaleza de que se trate deberán cumplir con determinadas formalidades establecidas por la ley de la materia aplicable. En virtud de los mismos tanto las sociedades como las personas físicas o morales con quienes contraten adquirirán determinados derechos y obligaciones. Por ejemplo una sociedad celebra contratos laborales con sus trabajadores, contratos de proveeduría o suministro, de licencia, de arrendamiento, de compraventa, etcétera. Dichos contratos son regulados por diversas ramas del Derecho siendo algunas de ellas, el Derecho Laboral y el Derecho Mercantil.